sábado, 21 de diciembre de 2013

12 pueblos que parecen sacados de un cuento de Navidad

 Todos alguna vez hemos visto, leído o escuchado un cuento en tiempos de Navidad. Por alguna razón, los cuentos navideños suelen suceder en zonas donde hace frío, donde a menudo cae nieve, hay bosques, donde ésta fecha especial se vive junto a un hogar con fuego a leña entre bosques y montañas.
Tiempo de villancicos, cenas y tradiciones, la lista que sigue no es una búsqueda de sitios relacionados precisamente con el sentido religioso de la Navidad, sino con recrear esa magia navideña en distintos puntos del planeta que por su aspecto, se hacen idílicos para tal fecha (aunque yo agregaría, en cualquier momento del año):

1. Una Navidad en Grindelwald (Suiza)

Parece hasta previsible. Pensar en pueblos de cuento y cierta magia navideña y situarnos en Suiza. Nuestra parada uno es en Grindelwald, en el cantón de Berna, una estación de montaña que en invierno se cubre de blanco, pero además, permite alguna de las mejores vistas de Suiza entre cúspides montañosas y bosques.


2. Una Navidad en Rothenburg (Alemania)

Rothenburg se encuentra en Baviera, y es una antigua ciudad imperial que conserva el aspecto intacto desde hace siglos. Casas de fachadas entramadas, techos inclinados que acumulan nieve y decorado navideño, son el marco perfecto para una Navidad especial

3. Una Navidad en Hallstatt (Austria)

Aquí debería confesar, que Hallstatt es un pueblo mimado en el blog (tanto que ya ha salido en varias listas con justicia). Omitirlo en ésta lista navideña hubiese sido inoportuno. Hallstat es uno de los pueblos más bonitos de Europa, y se encuentra en el distrito montañoso de Salzkammergut en Austria.


4. Una Navidad en Shirakawa-go (Japón)

Escalamos posiciones hacia el prototipo de pueblo navideño embelesado. No falta nada: un paisaje de montaña, casas pintorescas, nieve (mucha) y las ganas de pasar un rato junto al fuego mientras llega Santa Claus. No está perdido en un rincón Suizo, sino en Japón y se llama Shirakawa-go.

5. Una Navidad en Mürren (Suiza)

Retornamos a explorar posibilidades en Suiza, para llegar hasta Mürren, una tradicional villa de montaña  y una de las aldeas más altas del cantón de Berna. Emplazada por encima de un valle, las vistas y la belleza escénica son fantásticas, además de tener vista a las montañas más famosas de Suiza, como el Eiger, el Monch y Jungfrau, nada mal.

6. Una Navidad en Füssen, Alemania

Tal vez nos desviamos un poco del tópico navideño, porque aquí no sólo vamos de nieve, pueblos con encanto y paisajes de montaña, sino también, con el extra de un entorno de cuento de hadas en donde no faltan castillos legendarios (Neuschwanstein y Hohenschwangau), y lagos de postal.Füssen es el pueblo alemán (y casi en la frontera con Austria) que invita a una Navidad inolvidable al pie de los Alpes.

7. Navidad en una de las villa más bellas de Francia (Eguisheim)

Entre la villas más bellas de Francia, Eguishein es un caserío es un pueblo del departamento del Alto Rin en Alsacia, atractivo por sus casas entramadas, sus torres, fuentes, mercado, iglesias. Todo lo necesario para un festín medieval. Aunque en invierno, y en navidad, hay que sumar la decoración navideña, la posible nieve, y un mercado de productos navideños.



8. Navidad nórdica (en Roros)

Y es que no estaría nada mal programar una estancia en vísperas de navidad en un pueblo como Røros. Tampoco es que Røros esté cerca de la aldea de Santa Clauso sea parte de una leyenda navideñaRøros es una localidad noruega que parece congelada en el tiempo, con sus decenas de pequeñas casas de madera históricas en un paisaje ondulado y boscoso con aire medieval. Si la idea entonces, es pasar una navidad gélida, hay que estar preparados para temperaturas medias de -11°C, aunque a veces el termómetro puede bajar bastante más.
No estamos cerca de Navidad, pero bien podríamos empezar a programarla en un pueblo como Røros, o al menos, refrescar la vista mientras el calor veraniego nos sofoca desde otro punto distante del planeta. Tampoco es que Røros esté cerca de la aldea de Santa Clauso sea parte de una leyenda navideñaSe trata de un municipio y localidad noruega que parece congelada en el tiempo, con sus decenas de pequeñas casas de madera históricas en un paisaje ondulado y boscoso que bien podría protagonizar un cuento navideño.
Røros es un pueblo que nace hace varios siglos en torno a una granja, que crece en torno a la explotación minera hace varios siglos y que a pesar de su larga historia, hoy conserva mucho de su aspecto medieval, un mérito que junto con la historia de la actividad minera ha sido reconocido como parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Si la idea entonces, es pasar una navidad gélida, hay que estar preparados para temperaturas medias de -11°C, aunque a veces el termómetro puede bajar bastante más.

9. Una navidad suiza (en Gruyéres)

Una vez más, caemos en el tópico de “los pueblos de cuento”. Gruyères está en Suiza, y necesita poco esfuerzo para salir bien en las fotos, con sus casas de tejados inclinados, ventanas floridas y calles que terminan enmarcadas por suntuosas montañas (o castillos). Gruyères es en vísperas de fin de año una postal navideña inmejorable. 
Gruyères es un pueblo congelado en el tiempo en el cantón de Friburgo, una joya medieval sobre un cerro en un entorno coronado por un majestuoso castillo con más de diez siglos de historia (tal vez el más imponente de Suiza). Es probable que la ciudad nos suene más por la fama de su queso que por el entorno y su belleza.

10. Un pueblo congelado en el tiempo en la montaña (Mittenwald)

En Mittenwald, hay una ciudad con frescos en las fachadas, ciudad emplazada en el valle del río Isar. Pero además, hay algo característico de ésta región y es que los pueblos y las costumbres se conservan de un modo auténtico y tradicional, tanto como el aspecto de la ciudad. La nieve completa el panorama para una navidad idílica en Alto Baviera, Alemania.

11. Una navidad en el paraíso de montaña noruego (Flam)

¿Y que tal la idea de una navidad en el corazón del fiordo Aurlandfjord, uno de los paisajes más deslumbrantes (entre los deslumbrantes fiordos noruegos). Entre abruptos barrancos espaciados por laderas agrestes, cubiertas de bosques y con centenares de cascadas en altura, bordeando un río a lo largo de 20 kilómetros en uno de los más bonitos paseos en tren del planeta, rodeado de picos nevados, granjas pintorescas. Así es Flam, un paraíso de montaña para una navidad especial y original retirado del bullicio del mundo, y sin extrañarlo en absoluto.
En el corazón del fiordo Aurlandfjord, uno de los paisajes más deslumbrantes (entre los deslumbrantes fiordos noruegos). Entre abruptos barrancos espaciados por laderas agrestes, cubiertas de bosques y con centenares de cascadas en altura. Bordeando un río a lo largo de 20 kilómetros en uno de los más bonitos paseos en tren del planeta, rodeado de picos nevados, granjas pintorescas. Así se llega a Flam, uno de los pueblos más irresistibles de Noruega y uno de nuestros nuevos integrantes de la lista de pueblos paraísos de montaña no tan conocidos del planeta.
Flam es un pequeño pueblo, con apenas 50o habitantes en el preciso lugar donde termina el fiordoAurlandsfjord, un brazo del SognefjordFlam está en el medio de un curioso llano, resultado de la sedimentación del río del mismo nombre. Un lugar para disfrutar durante un par de días (al menos), para ser uno más del lugar, y simplemente salir a caminar por su entorno. Caminar y descubrir cascadas imponentes como el salto de agua Kjosfossen, que con su potencia alimenta eléctricamente al Tren de Flam, un paseo que miles de turistas emprenden cada año por sus vistas y recorrido sinuoso (uno de los más empinados del mundo).

12. Una navidad clásica en Colmar

Colmar es pueblo repetido en nuestras listas. Pero una vez más merece su lugar por su ambientación navideña, sus mercados, y la magia de un pueblo de casas entramadas, canales y aspecto medieval.





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